Para comenzar este ítem tan importante, vamos a priorizar 3 pasos bien sencillos, para lograr luego de esto, tomar una decisión acorde a mi real necesidad:
No es recomendable, por el riesgo que implica, realizar la elección al revés, elegir una mochila pequeña y ligera, para ir cómodos y con poco peso, e introducir solo lo que cabe en ella, dejando fuera cosas esenciales para la práctica segura de la actividad en la montaña.
El caso contrario tampoco es recomendable, llenar la mochila de cosas que no vamos a necesitar, por tener espacio disponible.
De esto puede deducirse que una mochila para todo no existe. Una de similar capacidad, aunque esté diseñada para algo en concreto, suelen ser polivalente, pero se entiende que no se necesita la misma para salir a correr por montaña 2 horas que para realizar una expedición de varios días.